El Detective
Desarrollo
Santiago era un niño de ocho años al que le gustaba explorar. Deambulaba alrededor,
en un pequeño pueblo, caminando y caminando, sin saber nada acerca del mundo. En la escuela,
ya que él no hablaba con nadie y pensaba que nadie sabía su nombre, durante los descansos
se iba a un lago casi a 2 cuadras de la escuela, que se podría decir que fue
abandonado por que una chica que era bien conocida en el pueblo se ahogó misteriosamente, por eso nadie lo visitaba más. A Santiago le gustaba ir allí, al igual que muchos otros lugares, "para encontrar pistas". En su casa había una agradable sensación de ambiente acogedor. Su relación con su madre,
Mariana, era muy bonita, eran como mejores amigos. El padre de Santiago había fallecido
hace unos 6 meses, sin embargo, eso no lo convertía en la forma en que estaba ahora. Eran todas las misteriosas desapariciones que ocurrían en el pueblo, su padre había desaparecido también, y murió de una manera que nadie sabía cómo ni por qué.
Un día durante una de sus caminatas, como siempre, sin esperar que pasara nada, simplemente disfrutando su paseo. En lo que caminaba se topó con un área nueva para explorar. Era una entrada al bosque, parecía tranquilo, tanta calma y belleza. Comenzó su caminata por la maleza, observando cada detalle con el que se cruzaba. Gotas de agua escurrían de las hojas de la helada de la mañana, las ardillas corrían por doquier, las aves cantaban para anunciar el bello día, los rayos del sol apenas tocaban a Santiago entre el frondoso follaje del techo de arboles. Habían pasado tres horas cuando llego a un lugar. Miró alrededor, sin saber donde estaba, miró al suelo y notó un caminito construido. Su paraíso ya no existía, alguien lo había encontrado antes que él. Santiago estaba intrigado en saber quién era la persona que vivía en este lugar tan perfecto así que empezó a seguir el caminito, cuidadosamente, se asomó por la ventana. Al asomarse alcanzó a ver un sofá que parecía muy cómodo con una mesita y lámpara del costado derecho. Era una casa de madera. Finalmente alguien apareció, un hombre, y se sentó en el sofá que parecía bastante cómodo, prendió la lámpara y sacó un libro del montón que tenía en la mesa. Esto empezó a ponerse aburrido así que Santiago comenzó su regreso a casa. Al siguiente día, a las mismas horas del día, regresó al mismo lugar, miró por la misma ventana donde ocupaba un espacio en sofá que parecía bastante cómodo y la lámpara con la mesa llena de libros y esperó a que el hombre apareciera de nuevo. Esta vez cuando el hombre se sentó en el sillón pero ahora sacó unas fotografías. Santiago no podía alcanzar a ver que eran así que seguía asomándose por la ventana, cuando notó que no podría ver nada, decidió comenzar su camino de regreso. De nuevo a las mismas horas del día, Santi fue a esta casa y esperó a que el hombre se sentara en su sillón cómodo de nuevo. Entro el hombre, se sentó en su sillón, solamente que ahora no tenía nada que leer, volteo su mirada hacia donde estaba parado Santiago observándolo. Por un segundo los dos se quedaron mirándose, Santiago en shock por pensar que hacer y asustado por que el hombre no tenía una cara muy amigable que digamos y el hombre con una cara seria pero al mismo tiempo confundido, preguntándose que hacia este niño tan raro mirando dentro de su casa y espiándolo a él. Cuando Santi recobró conciencia, su primera reacción fue correr. Corrió mas rápido que nunca, su mente estaba en blanco, en su vida había tenido que correr tan rápido desde, nunca!
Santiago sabía que tenía que regresar. Pero esta vez averiguaría que era lo que hacia ese hombre viviendo ahí. El caminito parecía que se movía, pero era simplemente Santi temblando por los nervios. Siempre había habido una camioneta en el garaje, ahora no estaba. Era el momento perfecto para que Santiago averiguara que ocurría en esa casa que simplemente se sentía extraño. Trato de entrar por la ventana por la que siempre observaba pero estaba con candado, intentó con las otras dos ventanas pero no le funciono. Entonces, por pura curiosidad, giró la manilla de la puerta y se abrió! Primero, buscó en sofá para checar si estaba tan cómodo como parecía. Enseguida checó el libro, no era nada interesante, hablaba de cómo cortar madera. Siguió buscando y encontró un escritorio con un montón de fotos. Entre estas fotos aparecían unas de la chica que había desaparecido en el lago y otra de su papa. Era espeluznante, las otras fotografías eran de personas desaparecidas también. Santiago no lo podía creer, el había encontrado la causa de todos estos casos de personas desaparecidas, era un héroe y un gran detective! Ahora tenía que encontrar pruebas para verificar su historia, así que fue a la bodega que parecía horrible así que debía haber algo ahí. Al abrir las puertas encontró hachas, algo que parecía un equipo completo para asesinar. Algo olía bastante mal, Santi siguió el olor que incrementaba mientras se acercaba más y mas y encontró una bolsa negra de plástico en la esquina. El no quería abrir las bolsas, pero tenía que, un detective de verdad lo haría. Abrió una pequeña ranura en la bolsa y alcanzo a ver cabello. Con esto, todo lo demás era factible. La teoría de que este hombre era la causa de las desapariciones eran verdad.
El hombre había llegado a la casa y Santiago seguía en el territorio, debía marcharse antes de que alguien notara que estaba dentro de la casa, así que corrió. Se escondió detrás de un arbusto donde podía alcanzar a ver todo movimiento de este hombre enfermo. Santi podía ver que el hombre tenia una cara de confusión y en ese momento comenzó a buscar rápidamente pero no encontró nada raro. En ese instante Santiago se acordó que tenía las fotos en su chamarra. El hombre probablemente sabia quien había tomado las fotos, Santi estaba preocupado, pero no tanto pues el extraño no le podía decir a nadie, tal vez la vida de Santiago estaba en peligro, la de su madre posiblemente también. Mientras todo esto pasaba por su mente, el hombre empezó a correr en dirección a la de el. Santiago no tuvo mucho tiempo para reaccionar, y sintió como una pinchada en el cuello, el hombre le había disparado con un tranquilizador.
Cuando Santiago despertó estaba dentro de la casa con el hombre frente a él. Le hacía preguntas a Santi de su presencia los últimos días. Pero el niño no contestaba nada, si el hombre fuera un criminal por que tendría que contestarle sus preguntas, no lo merecía. Pero el hombre seguía preguntando por que había saqueado su casa y le preguntaba que quien lo había mandado. Ahora, teniendo al hombre de cerca y escuchando su forma de hablar, Santiago se empezaba a dar cuenta que el hombre parecía no ser malo, entonces empezó a dudarse a si mismo y decidió preguntarle al hombre quien era. Él le contesto que era un Detective del Departamento de policía de Nueva York, pero que estaba encubierto. Solamente que ahora Santiago necesitaba pruebas. Entonces cuando este hombre notó que el niño estaba confundido y trabajaba solo, le enseño su placa y sus investigaciones del caso de personas desaparecidas. Santiago le conto de sus acusaciones y paso el día entero con el Detective, todos los días, con conversaciones muy profundas, por fin Santiago tenía un amigo, un amigo Detective.
Por. Daniela Fuentes Disney
Daniela, hola:
ResponderEliminarTu historia es muy interesante. Suspense, intriga... ¿descubribirán al(los) asesino?
Te felicito, escribes muy bien.
Perdón, la palabra es:
ResponderEliminar-descubrirán-